Un lugar para hacer volar las emociones,

me acompañas?

sábado, 17 de agosto de 2013

LOS 7 PECADOS CAPITALES (II): EL ORGULLO


Si no se modera tu orgullo,
él será tu mayor castigo.
Dante Alighieri (1265-1321) Escritor y filósofo italiano.



...Que nadie venga a decirme lo que tengo que hacer.
...Que nadie venga a decirme que estoy equivocado.
YO, sólo ante el peligro. Forjarse a sí mismo en la más estricta individualidad y soledad conlleva riesgos. Te distancia del Otro. Te "des-empatizas", a la vez que te erizas.
¡Cuánto cuesta reconocer los errores, o decir un lo siento, o pedir perdón!
Ese no querer doblegar el orgullo que termina convirtiéndose en una clase de condena, de mentira, de esclavitud del propio Ego.
Esa manía de creerse superior, de sentirse centro del mundo entre estos mundos, de vanagloriarse de un trabajo y no reconocer la labor de las musas, de la inspiración, de los hados. De no bajar la cabeza siquiera ante la belleza y perfección de la propia Naturaleza, como si él mismo fuese el creador de ésta, sin darse cuenta que es su producto, su consecuencia, su testigo más consciente, que le ha de rendir homenaje.
Lástima que el hombre no contemple más los cielos, los océanos, las estrellas, los árboles, los ríos, los seres vivos; pues sí fuera así, se sentiría más igual a su igual.


A este respecto Edward Bach nos dice que una de las primeras enfermedades reales del hombre es el orgullo, pues esta limitación es adverso a la Unidad.
El orgullo se debe, en primer lugar, a la falta de reconocimiento de la pequeñez de la personalidad y de su absoluta dependencia del alma, y a no ver que los éxitos que pueda tener no se deben a ella, sino que son bendiciones otorgadas por la Divinidad interna; en segundo lugar, se debe a la pérdida del sentido de proporción, de la insignificancia de uno frente al esquema de la Creación. Como el orgullo se niega invariablemente a inclinarse con humildad y resignación ante la Voluntad del Gran Creador, comete acciones contrarias a esa Voluntad.
Si nos asalta el orgullo, tratemos de darnos cuenta de que nuestras personalidades no son nada en sí mismas, incapaces de hacer nada bueno o de hacer un favor aceptable o de oponer resistencia a los poderes de las tinieblas, si no nos asiste esa Luz que nos viene de arriba, la Luz de nuestra Alma; esforcémonos por vislumbrar la omnipotencia y el inconcebible poder de nuestro Creador, que hace un mundo perfecto en una gota de agua y en sistemas y sistemas de universos, y tratemos de darnos cuenta de la relativa humildad nuestra y de nuestra total dependencia de Él. Aprendamos a rendir homenaje y a respetar a nuestros superiores humanos. ¡Cuán infinitamente más deberíamos reconocer nuestra fragilidad con la más completa humildad ante el Gran Arquitecto del Universo!


Mientras tanto...
Humildad y Camino.

jueves, 25 de abril de 2013

LOS 7 PECADOS CAPITALES (I): LA ENVIDIA

Los pecados o vicios capitales son aquellos a los que la naturaleza humana está principalmente inclinada. Es por eso muy importante para todo el que desee avanzar en la consecución de la virtud aprender a detectar estas tendencias en su propio corazón y examinarse sobre estas limitaciones.

Los pecados capitales son enumerados por Santo Tomás (I-II:84:4) como siete: orgullo, avaricia, gula, lujuria, pereza, envidia, ira.

LA ENVIDIA

Soltó la mano de Alice. Como si sus terminaciones nerviosas se hubieran concentrado en aquel punto, cuando lo hizo tuvo la sensación de que su brazo desprendía chispas, como el cabo de un cable eléctrico. Se excusó con ella y corrió tras Denis.

Alice se acercó a Viola, que la miraba con ojos pétreos, y balbució:
—Resulta que...
—No digas nada —la interrumpió la otra. Al verla con Mattia había recordado al chico de la playa, aquel que rechazó su mano cuando lo que más deseaba ella era que los demás la vieran así. Viola era envidiosa, y su envidia era dolorosa y violenta, y en aquel momento estaba furiosa porque acababa de regalarle a otra la felicidad que ella quería; se sentía como si Alice le hubiera robado su parte.
Ésta quiso decirle algo al oído, pero ella volvió la cara y le preguntó:
— ¿Qué quieres ahora?
—Nada —contestó Alice, apartándose asustada.

Paolo Giordano
La soledad de los números primos.

La envidia viene del aire, del pensamiento, de la mente. De algo tan etéreo como desear los logros o bienes del otro.
Edward Bach, creador de la Terapia Floral, ya lo decía de una manera muy simple: el paciente tendrá que corregir las deficiencias de su carácter y erradicar los defectos de su naturaleza, sustituyéndolos por las virtudes correspondientes.
La caridad y la compasión con los más humildes serán las virtudes a desarrollar por el "envidioso"; para así avanzar y evolucionar tras los pasos del encuentro con su Alma.

martes, 10 de julio de 2012

TU BELLEZA



¡Envuélvete de belleza!
Viaja, contempla,
respira, vive.
¡Extásiate de armonía!

Sal de ti
-y de la rutina de tu día a día-.
Siente durante un instante
el viento huracanado
sobre tus sienes,
llevándose
todo aquello que ya no procede.

Percibe cómo te acaricia
la espuma blanca del mar
limpiando humildemente
las huellas de tus pasos,
al andar.

Nota la tierra húmeda
bajo tus pies,
sosteniendo firmemente,
el peso de tus días
y de tu ayer.

… Y recibe con agrado
el calor y la luz
del sol al mediodía
que infundirá
arrojo
a tus nuevos días.

¡Rodéate de hermosura!
Y así comprenderás
que lo que tú ves
es parte de tu locura.

arabhas

martes, 7 de febrero de 2012

REQUIESCAT IN PACE


Requiem aeternam dona ei Domine.
Et lux perpetua luceat ei.
Requiescat in pace.
Amen.

Te fuiste en silencio

sin hacer ruido,

casi de puntillas,

como una suave brisa

que empuja dulcemente

las olas hacia la orilla.

Bajo un halo de calma y sosiego

-deseos cumplidos

de los que bien te querían-.

Entre los brazos

de dos de tus hijos

que te sirvieron como

hilos conductores o

puente entre almas

para traspasar el umbral

que separa una Vida de Otra.


Miradas cruzadas entre hermanos,

de extrañeza y asombro,

percibiendo como el tiempo

se detenía…

… y nos sobrecogía

un estado de Gracia,

de Paz y Quietud

-sin dolor ni drama-

como tú querías.

Testigos fuimos de aquel último soplo de vida,

que exhalaste para devolverlo

al Principio del Todo,

pues sabías que no te pertenecía.


…Y ahora,

 encuentro en mí

un hueco relleno de ausencia

-sin dolor ni culpa-.


…Y ya no te siento dentro, Papá,

sino fuera,

en el exterior,

alrededor mía,

mezclado con la risa,

y sol del mediodía.

En cada suave mecida

de un mar lleno de vida.


Ahora te siento, Papá,

en cada mañana,

en el vuelo de un ave

al levantar el día.


arabhas
 (Para mi padre con todo mi amor)

lunes, 19 de diciembre de 2011

EN EL ALBOR DEL SUEÑO


¿Será verdad que, cuando toca el sueño, 
con sus dedos de rosa, nuestros ojos, 
de la cárcel que habita huye el espíritu 
en vuelo presuroso?
(Rima LXXV, Bécquer)


En el albor de la noche,
brazos y piernas entrelazados;
acompañándonos estábamos
hasta que el sueño hizo
acto de presencia.

Entonces...
tú me abandonaste
y yo me alejé de ti.

Tú, para soñar tus sueños.
Yo, para soñar los míos.

¡Curioso este soñar que nos separa!

¿A dónde irá cada uno?

Unidos y separados
en el albor de la noche.
Perdidos

entre sueños líquidos,
 flotantes,
inconscientes;

viajando
por mundos oníricos diferentes
hasta que el dulce ruiseñor
nos hizo de nuevo encontrar,
...ya clareando la mañana…
arabhas

miércoles, 5 de octubre de 2011

Como Perro Perdido


Quizás haya que perderse
como un perro
en el vagabundear
de su destino.

Perderse y no encontrarse
durante un tiempo...
... y no saber quién uno es.

Olvidarse de sí.
Dejar de identificarnos
con lo que somos,
con lo que hacemos,
con lo que creemos.

Diluirse.

Desaparecer de los
propios caminos
que urde la mente.
Y vivir la vida
 en un instante.
Sentirse nada
 y
 todo, a la vez.

arabhas

Foto: Le chien de Giacometti
Música: Montaña rusa de Amaral
.....

A una montaña rusa subiré
Para cambiar el vértigo de amar
Por la filosofía de caer
Rendida ante un capricho del azar.

La palma de tus manos leeré
Me dijo una muchacha del Raval
Pero hay cosas que no quiero saber
Que pase lo que tenga que pasar
Que a mí me da lo mismo.

Perdida como un perro voy
En busca de aventuras
Perdida sin saber quién soy
En la montaña rusa
En la montaña rusa

Y yo quise cambiar el mundo
y, tal vez, ese mundo me cambió
Y hay noches que me hundo entre la nada
Para alcanzar la misma conclusión

“No soy ninguna santa”
Porque a veces me pierde el corazón.
"Te pasas de la raya":
Eso es lo que me dice la razón.

Perdida como un perro voy
En busca de aventuras
Perdida sin saber quién soy
En la montaña rusa
En la montaña rusa

Perdida como un perro
En un día de lluvia
Totalmente pérdida
Aullándole a la luna

Y no sé dónde voy a ir
No hay nada que me ate aquí
Perdida sin saber quién soy
En la montaña rusa

miércoles, 10 de agosto de 2011

EL MIEDO


¿Quién no ha sentido miedo alguna vez?
¿Quién no ha notado su cuerpo entumecido por el miedo?
¿Quién no ha deseado tener más valor?
El miedo paraliza.
El miedo resta.
El miedo nos cercena.
¡Cuánto miedo en nuestras vidas!
¡Cuántas vidas arruinadas por Él!
¡Si tuviese una varita mágica o una pócima secreta
para desterrar esta amarga emoción de nuestras vidas!
Pero si he aprendido algo…
Es que sin miedo, no hay experiencias.
Y sin experiencias, no tenemos vida.
Y sin vida,
no aprendemos.
………………………………………………………………………………………………
(Extraído del libro, Volver al amor)
El miedo es una ilusión, un delirio. Nuestra locura, nuestra paranoia, nuestra angustia y nuestros traumas son imaginarios. Esto no quiere decir que no existan para nosotros en cuantos seres humanos, y es necesario exponerlos a la luz para poder librarnos de ellos. Pero no reemplazan el amor que hay dentro de nosotros. Son, literalmente, una pesadilla. Es como si la mente se hubiera escindido en dos partes, una de las cuales sigue estando en contacto con el amor, mientras que la otra vira hacia el miedo. El miedo produce una especie de universo paralelo donde lo irreal parece más real que lo real.
El amor expulsa el miedo de la misma manera que la luz expulsa la oscuridad.
La vuelta al amor es el gran drama cósmico, el viaje personal desde lo ilusorio hasta el Yo, del dolor a la paz interior.
El amor en la mente produce el amor en la vida. Este es el significado del Cielo.
El miedo en la mente produce el miedo en la vida. Este es el significado del Infierno.
¿Y tú, dónde eliges vivir?